Resumen: El Espíritu Eterno


Esta novela histórica nos traslada a los años 50 de la posguerra, donde nuestra protagonista, Marina, una famosa pianista malagueña, ve como las circunstancias la obligan a trasladarse a París. Marina es ingeniosa, con un gran talento al piano, hecho que llama la atención de un oficial nazi llamado Kennen, que acaba obsesionándose peligrosamente con ella.

Marina se traslada sola a París, ya que pierde a toda su familia. Sólo tiene a sus amigos. Deray es una gran amiga que la ayuda bastante a lo largo de la novela, y conoce también a otros personajes, como a Pablo Picasso. Su vida se centra en sus dos grandes pasiones: La lectura y el piano.

Kennen es un oficial nazi que se obsesiona con ella nada más verla. Poco a poco, su deseo se va tornando en una enfermiza obsesión. Kennen queda extasiado cada vez que oye un concierto de Marina, y su deseo va aumentando más y más. Llega un momento en que Kennen, incapaz de controlar su deseo, usa su poder y abusa de nuestra protagonista. Esto hace que la relación empiece con odio y repugnancia, pero poco a poco se vaya tornando en un amor pasional por ambas partes.

Kennen, a su vez, está recibiendo unos misteriosos manuscritos en circunstancias extrañas, que con ayuda de varios traductores va desenmarañando su contenido. Estos manuscritos están muy ligados a nuestra protagonista Marina, aunque este hecho no se conoce hasta el final de la novela.

La historia termina de complicarse cuando un mariscal, Keitel, acusa a Kennen de traición al régimen y a Hitler, lo que fuerza al capitán a poner en marcha un plan, para huir con Marina, ayudado por Françoise- Todo esto hace que su relación se estreche más si cabe. En este punto, es cuando Kennen hace partícipe de sus descubrimientos referente a los manuscritos, y juntos seguirán desentrañando los secretos hasta que Kennen descubre que hablan de su amada Marina: Lilita, el ángel caído, Satanás, la muerte, el espíritu eterno… Marina se niega a creerlo en un primer momento.

Kennen acaba muriendo por septicemia, y Marina vuelve a Málaga. Allí es donde descubre que su amado tenía razón, y ella es el espíritu eterno.

Prólogo: El Espíritu Eterno.


No podía imaginarme que para las vacaciones de Navidad, cuando anteriormente había hecho todos los trabajos de la facultad, para no tenerlo que hacer en estas fechas, y poder así dedicarme a otras cosas, me tendría que leer un libro, que a simple vista no me llamaba para nada la atención (ya que la novela histórica no suele gustarme demasiado), ni cuando llevaba varios capítulos leídos. Pero fue al entrar en la trama de la historia, cuando empezó a despertar en mí cierto interés. Al cabo de varios ratos dedicados a su lectura, para ser más exactos tres, había terminado de leérmelo. No me lo podía creer.

Nos encontramos ante una historia que consigue trasladarnos a la época de los años cincuenta. La historia está narrada con gran detalle, lo que nos da mucha facilidad para imaginarnos con detalle todo lo que ocurre, de forma que fácilmente nos podemos poner en situación de encontrarnos inmersos en la aventura, en el maravilloso París de la época. Aunque según la novela en ese momento no era el lugar más idóneo para estar.

Nos narra una historia que, aunque nosotros no hemos formado parte de ella, sí lo han hecho nuestros antepasados (abuelos, bisabuelos…). Y alguna vez ha caído alguna que otra historieta de la época al lado de una buena chimenea, calentitos un día de lluvia.

Pero sobre todo, nos encontramos ante un libro que consigue acercarnos a la narración de una breve parte de nuestra historia: como era la II Guerra Mundial para gente sencilla, no militares.